Andrea, la pequeña Felipe

Siempre es un honor ver cómo Dios usa a los niños en Su obra, con la pureza y sencillez que es propia de ellos, con fe sincera puesta en práctica constantemente. Tal es el caso de la pequeña Andrea de 9 años. Andrea es la única hija de Nancy y Marcelo. Juntos sirven a Jesucristo en su iglesia local, siendo miembros fieles y activos.

Andrea nos cuenta lo siguiente:

“Tengo una amiga que casi nadie le habla porque usa lentes.” 

En ese momento Andrea recordó la lección de la casa de los espejos del libro Descubriendo el amor de Dios, que enseña que todos somos importantes para Dios, y valientemente compartió con su amiga Jenny cómo Dios la ve y lo especial que es ella para él, así le fue enseñando las lecciones a su manera, poco a poco.

Jenny “estaba triste y sola” -comenta Andrea-, pero después de que le compartiera lecciones del libro Descubriendo, Jenny ha cambiado y ahora se junta con las 6 amigas amigas de Andrea. Jenny ahora está feliz, no sólo por la compañía, sino también porque ahora está conociendo el amor de Jesucristo.

“Yo junto a mis amigas y les cuento lo que me enseñaron en la clase del domingo.”

A Andrea le gusta tanto su libro Descubriendo el amor de Dios que lo lleva a su escuela y en sus tiempos libres, después de hacer sus tareas, resuelve las sopas de letras y demás actividades que vienen en las lecciones.  Ella nos comparte una importante lección que aprendió con él:

“Hay personas que nos pueden ver de muchas formas, pero Dios siempre nos ve bien, sin criticarnos. Dios nos creó y somos muy importantes para Él.”

Andrea sigue aprendiendo sobre Dios y en un futuro también quiere aprender muchos idiomas para predicar y compartir de Dios con otros niños en el mundo.  

Así como Andrea, la pequeña ´Felipe´, ¿tú conoces algún otro testimonio como este?